Castañeda y los Panamericanos: un alcalde sin competencia
Durante su gestión la Municipalidad Metropolitana de Lima pasó de anfitriona de los Juegos Panamericanos a mesa de partes de las inversiones
Que Lima haya sido elegida sede de los Juegos Panamericanos al 2019 fue tomado con alegría por quienes en ese momento formamos parte del gobierno municipal que sustentó la candidatura de la ciudad, junto con los demás miembros de la delegación peruana, ante la Asamblea General de la ODEPA. La alegría se debía a las oportunidades que se abrían para la ciudad con una inversión que hoy está valorizada en 1200 millones de dólares. Era la oportunidad de transformar la ciudad.
Esos 1200 millones de dólares no podían ser invertidos solo pensando en los escasos días que durarían los Panamericanos, sino pensando en el legado que dichos Juegos podrían heredarle a Lima. Los elefantes blancos estaban proscritos. Así, en el marco del Plan Urbano de Lima al 2035 (PLAM 2035), la Municipalidad de Lima tomó el liderazgo de todas las instituciones involucradas y propuso un proyecto de Villa Panamericana que, además de servir a los fines de los Juegos, nos permitía recuperar un espacio vital para la ciudad: el río Rímac. La intervención contaba con seis estrategias (como pueden ver en las imágenes al final de la nota), las que iban desde la recuperación ambiental del río (con proyectos de modernización de las plantas de tratamiento, entre otros) hasta la generación de corredores verdes y mejora del potencial turístico. El río dejaría de ser el espacio degradado que hoy es y pasaría a ser un gran espacio público y pulmón verde de la ciudad, potenciando proyectos que ya estaban definidos como Vía Parque Rímac (reemplazado hoy por el inútil by-pass de 28 de Julio), el teleférico, entre otros.
Quienes hoy le reclaman a Castañeda Lossio tener responsabilidad en la crisis de los Juegos Panamericanos por no entregar cual o tal licencia o no asignar determinados usos de suelo, se quedan cortos. El Alcalde de Lima, demostrando el máximo desdén por inversiones que él no puede controlar (¿por qué será?), abandonó la propuesta planteada y redujo el papel de la máxima autoridad de la ciudad sede de los Juegos Panamericanos de anfitrión y promotor del legado Panamericanos a una de simple tramitador, convirtiendo a la Municipalidad de Lima en la mesa de partes que contempla como otros gestionan 1200 millones de dólares que si no se ejecutan en el marco de un plan integral serán nuestra próxima oportunidad perdida.
Si a esto le sumamos que uno de los compromisos adquiridos para ganar la sede de los Panamericanos fue la implementación total de la Reforma del Transporte: corredores complementarios, de integración, rutas de aproximación, forma de pago única, e interconexión con el Metro de Lima (detenida hoy gracias a la nula voluntad política de Castañeda y para alegría de Orión y el Chosicano); la responsabilidad del Alcalde se agrava hasta hablar menos de su mezquindad política y más de su incompetencia para gobernar Lima pensando en el futuro.
La mediocridad del Alcalde no solo nos está costando 1200 millones de dólares, sino la oportunidad de transformar la calidad de vida de millones de limeños que hoy no tienen más opciones que "pasear" mirando escaparates porque Castañeda es incapaz de dotar a la ciudad de un solo metro de espacio público.
Por estas y otras reformas paralizadas, #HablaCastañeda